Vigilar a los evaluados. Esto se refuerza con frecuencia poniendo varios vigilantes, o paseando por el lugar del examen (con el fin de evitar "puntos ciegos" que no pueda ver).
Elaborar varios modelos de examen, de tal forma que dos estudiantes próximos no tengan nunca las mismas preguntas, o las tengan en distinto orden.
Evaluar a cada estudiante por separado.
Hacer un examen oral.
Comparar exámenes de

No permitir calculadoras, teléfonos móviles o similares en el examen.
Sentar a los evaluados según un orden establecido por el evaluador (que puede ser aleatorio), de tal forma que los evaluados no puedan "trabajar en equipo".
Castigar severamente a los tramposos, llegando incluso a la expulsión del centro de estudios.
También se puede diseñar el examen relajando o eliminando ciertas normas. Por ejemplo, si el objetivo del examen es determinar la capacidad del evaluado de utilizar sus conocimientos o aplicar procedimientos (como suele ocurrir en exámenes de matemáticas) se puede permitir el libre uso apuntes y libros de texto, aumentando a cambio su dificultad. Combinando esto con el uso de distintos modelos de examen, se hace realmente difícil que alguien haga trampa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario